martes, 22 de mayo de 2012

Guerra Civil Española


"Pérez Picazo, Ma. Teresa “Historia de España del siglo XX” Ed. Crítica. Barcelona, 1996

 “Respecto al financiamiento des esfuerzo de guerra, su origen es, obviamente diverso. La república dispuso para la financiación interna de los avances hechos al Tesoro por el Banco de España que, según Sardá, ascendieron a 12754 millones de pesetas. Para la compra de armamento en el exterior se utilizaron las reservas de oro: 510 toneladas de aleación del metal amarillo -500 millones de dólares de la época- fueron depositados en la URSS con tal fin, amén de otras 1923 toneladas y 580 millones de pesetas-oro en Paris. Al final de la contienda se procedió a vender plata a Estados Unidos y Francia (1225000 kg. De aleación equivalentes a 16000 dólares). En cuanto al régimen franquista, utilizó el mismo mecanismo en el interior gracias a la ayuda del Banco de España de la zona nacional, instalado en Burgos, que adelantó unos 10000 millones de pesetas. Ambos bandos, pues, recurrieron a la inflación como medio de provisión de fondos. En cuanto al exterior, Alemania e Italia estuvieron dispuestas a adelantar armamento y créditos a los sublevados, aplazando su devolución o cobrándose en materias primas (caso de Alemania con el wolframio durante la guerra mundial). Globalmente, Franco recibió de Mussolini unos 6000 millones de liras y de Hitler unos 500 millones de marcos: el conjunto de estos recursos ha sido calculado por Sardá en 500 millones de dólares. A ello hay que añadir el suministro de carburantes hecho a crédito por la Texas Oil C. (1886000 toneladas), por la Standard Oil y por la General Motors. Asimismo hubo ayudas personas muy importantes como la de Juan March: un millón de libras esterlinas con las que se compraron al contado los primeros aviones italianos. Los economistas actuales han llegado a la conclusión de que la financiación exterior por el Eje Berlín- Roma y, en menor medida, por los medios financieros del capitalismo mundial, fue decisiva en el esfuerzo de guerra franquista, pero endeudó durante mucho tiempo al Estado español.” (p. 130)

 “… las fracciones separadas del mismo (del ejército) no eran numéricamente comparables entre sí, ya que las únicas fuerzas profesionales quedaron en el bando franquista …” (p. 129)

Iglesia – apoyo fundamental del franquismo

 “Tras el triunfo del Frente Popular en febrero de 1936 el movimiento conspirativo antirrepublicano se intensificó. Aunque dentro del mismo figuraban tanto los militares –especialmente los miembros de la generación africanista de 1915- como los políticos, la acción de estos último poseía mucha menor envergadura. Entre ellos destacaban una serie de colectivos monárquicos, tradicionalistas (cuyo jefe, Fal Conde, había organizado a raíz del desenlace electoral una Junta Carlista de Guerra) y falangista, pero no la CEDA, pese a la desconfianza que siempre inspiró a las fuerzas de izquierda. En cuanto a los militares conviene advertir que, aparte de las actividades de la UME, la actitud de protesta contra la República estaba muy extendida en el mundo castrense así como la creencia en la necesidad de establecer un régimen autoritario.” (p. 125)

 La Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) fue una alianza de partidos políticos católicos de derechas, fundada el 4 de marzo de 1933

 “El día D señalado para la rebelión militar sería el 18 de julio, aunque ya en la tarde del 17 se había levantado la guarnición de Melilla. De los tres generales más comprometidos en el alzamiento –Mola, Franco, Poded- será el segundo el que abandone su puesto en Canarias y se ponga al frente de las fuerzas sublevadas en Marruecos.” (p. 125)

 “Durante la primavera y el verano de 1937, el centro de las operaciones se trasladó al norte de la península. Mientras, Franco, conocedor de que tenía por delante una guerra larga, procedía a reorganizar su ejército de manera profesional, asesorado por instructores alemanes, y a mejorar la formación de los mandos. A lo largo del año 1937 dispondrá de medio millón de hombres, quizás dos veces más que sus adversarios. Con estos medios, el ejército franquista pudo conquistar Vizcaya, Santander y Asturias en el breve plazo transcurrido desde comienzos de abril a octubre, modificando completamente el reparto inicial de fuerzas al desaparecer una de las dos mitades que integraba la España ‘roja’. Sin olvidar que el aporte industrial y demográfico de las provincias conquistadas sería decisivo en el futuro.” (p. 134)

 “ … el 26 de enero (de 1939) las tropas de Franco entraron en Barcelona, donde no hubo la menor probabilidad de que se produjera una segunda edición de la defensa de Madrid. El resultado inmediato del hecho fue la huída masiva de medio millón de personas aproximadamente, que cruzaron la frontera francesa. Entre ellos figuraban numerosos dirigentes republicanos que daban la guerra por perdida.
Tras la caída de Cataluña los acontecimientos se precipitan. A ello iba a contribuir el estallido de un último conflicto entre los hombres del Frente Popular, conflicto protagonizado por el coronel Casado que, aprovechando el malestar existente en la zona del centro, intentó una operación política de unión de las fuerzas anticomunistas para, desde esa plataforma, pedir la paz. De esta forma se estaba preparando una nueva guerra civil dentro de la guerra civil que enfrentó a casadistas y comunistas –apoyados por Negrín- y que facilitó el triunfo definitivo de Franco. En efecto, la confusión sembrada por estos enfrentamientos se extendería a todo el territorio controlado por el Frente Popular, en alguna de cuyas ciudades hubo algo parecido a una caza de comunistas. De cualquier forma, el plan de Casado carecía de sentido, dado que Franco exigía la rendición incondicional.
Desde el punto de vista militar, la caída de Madrid (28 de marzo) y la rápida conquista del Levante mediterráneo fueron los últimos episodios de la contienda.” (p. 139)

 “Siguiendo una larga tradición histórica española que se remonta por lo menos hasta la guerra de la Independencia, cada región (o incluso cada provincia y cada localidad) presenció la constitución de Juntas y Consejos que, a modo de cantones, actuaron de manera virtualmente autónoma. La inmensa mayoría de tales organismos surgieron a consecuencia del pronunciamiento mayoritario de las fuerzas de izquierda a favor de hacer la revolución antes que la guerra. Aróstegui describe la situación creada como una ‘revolución real, respuesta a una contrarrevolución emprendida frente a una revolución supuesta’ (J. Aróstegui, 1985)” (p. 141)

 “… la colectivización de las fábricas, mayoritaria en Barcelona, Valencia, Madrid y Asturias; de hecho, en el primero de estos núcleos urbanos, las tres cuartas partes del sector manufacturero estaba controlado por la CNT, a menudo con participación de la UGT.” (p. 142)

 “… a todo lo largo de la contienda se mantuvo el enfrentamiento entre las fuerzas políticas que integraban el Frente Popular en lo relativo a dos cuestiones clave: la formación de un ejército regular y la realización o no de la revolución social, aspecto este último al que se ha aludido en el apartado anterior. Los dos polos extremos al respecto estaban constituídos por el partido comunista y el anarcosindicalismo; entre las posiciones de ambos, los demás grupos políticos adoptaron actitudes más matizadas. Para los comunistas, en efecto, lo esencial era ganar la guerra, lo cual era profundamente coherente con la situación de España en aquellos momentos y les hizo ganar afiliados y simpatizantes. Pero este rápido crecimiento y el sectarismo del partido motivaron una creciente antipatía de los demás componentes del Frente Popular. En el extremo opuesto, los anarquistas creían que la sublevación había creado las condiciones objetivas para el estallido de la revolución; guerra y revolución, por tanto, debían ser dos procesos simultáneos e interpenetrados.” (p. 143)





viernes, 18 de mayo de 2012

fascismo. y nazismo. cronología



Italia
1919
* Benito Mussolini (1883-1945) funda los “Fascios Italianos de Combate”: movimiento de carácter nacionalista, antiliberal 
* Organizó grupos milicianos (“camisas negras”) como un cuerpo paramilitar encargado de reprimir a obreros urbanos.
* El partido fascista participa en las elecciones siendo derrotados por los socialistas.

                                                           1921
* El 7 de noviembre Mussolini fundó el Partido Nacional Fascista cuyos fundamentos fueron el combate al socialismo y al sistema liberal parlamentario.
* En las elecciones el Partido Fascista obtiene 35 escaños parlamentarios.
* Mussolini se convirtió en Duce (jefe).
* Los fascios comienzan una reacción violenta en contra de obreros y sectores marxistas.

                                                           1922
El        28 de octubre los fascistas realizaron la “Marcha sobre Roma” (28 de Octubre).
El rey Víctor Manuel III solicita a Mussolini la creación de un gobierno mediante su
nombramiento como primer ministro (presidente del Consejo de Ministros).

                                                           1924
         Se reafirmó el sistema capitalista, pero se suprimieron los sindicatos y el derecho a huelga. Sólo   se permitió la existencia de sindicatos o corporaciones oficialistas.
Se     instaura un sistema unipartidista: partido fascista.
Italia toma posesión de Etiopía (África) como colonia y creación de África oriental Italiana.


                                                           1929
Firma de los Pactos de Letrán: creación del Vaticano como estado independiente.

                                                           1936
          Mussolini apoya a Francisco Franco en la Guerra Civil Española.
         Mussolini y Hitler forman el Eje Roma-Berlín.

                                                                    1939
         Mussolini y Hilter firman los Pactos de Acero.
         Mussolini dicta las primeras leyes antisemitas.

                                                                    1940
           Italia se involucra en la segunda guerra mundial mediante la invasión a la URSS.

                                                        1941
I             Italia declara la guerra a E.E.U.U.

                                                                    1943
       Debido a las derrotas del ejército fascista, Mussolini es reemplazado del cargo de Duce y cae    prisionero.
  
                                                                    1945
      Mussolini intenta huir a Suiza junto a su amante Clara Petacci. Son capturados por partisanos y fusilados. Sus cuerpos fueron exhibidos en la plaza pública de la ciudad de Milán

A
   Alemania
   1919 Adolf Hitler se une al Partido Obrero Alemán tras su salida del ejército
1920 El Partido Obrero Alemán es bautizado como Partido Nacionalsocialista Alemán del Trabajo, de tendencia nacionalista y unipartidista.
1921 Hitler asume como Führer (jefe) y se le concede poderes dictatoriales.
1923 El partido nazi utilizó movimientos paramilitares para reprimir a la población alemana y Hitler lideró un golpe de Estado sobre la República de Weimar (Munich). Hitler y sus seguidores caen prisioneros.
1924 Reconstrucción del Partido Nazi y elaboración de “Mein Kampf”. Hitler elabora su teoría ultracionalista y denuncia una conspiración comunista y judía.
1929 Alemania recibe el impacto de la crisis de la Bolsa de Comercio de New York. Crece el apoyo de los alemanes a movimientos radicales y nacionalistas.
1930 El partido nazi adquiere representación parlamentaria en el Reichstag.
1933 - Hitler es “designado” por Paul Hindenburg como Primer Ministro o Canciller de Alemania. Se autoproclama dictador y asume la presidencia de la nación.
- Hitler dicta la disolución del Reichstag y la prohibición de los partidos políticos opositores.
- En Julio se ordena el primer boicot a los judíos alemanes.
- En octubre Alemania abandona la Sociedad de las Naciones.
1934 - En agosto se realiza en plebiscito donde el 90% de los votantes ratificó a Hitler como Jefe del Estado alemán.
1936 - En Junio Heinrich Himmler es nombrado jefe de la policía del Reich (GESTAPO)
- El 25 de octubre se firma el Tratado Roma-Berlín (Eje).
- El 25 de noviembre se firma el Pacto de Antikomintern entre Alemania y Japón.
1937 Italia se une el Pacto de Antikomintern.

1938 En febrero Hitler asume el mando del ejército.
El 13 de marzo se firma el Anchslusss o anexión de Austria al Reich tras el envío de tropas alemanas.
Conferencia de Munich entre Hitler, Mussolini, Chamberlain y Deladier. La Conferencia acepta la cesión de los Sudetes a Alemania.
El 15 y 16 de marzo los alemanes invaden los Sudetes, anexionando Checoslovaquia.
“La noche de los cristales rotos” (9 de noviembre)
1939 El 30 de marzo Francia firma con Polonia un acuerdo donde apoya en caso de agresión.
El 22 de mayo se firma el Pacto de Acero entre Alemania e Italia.
El 23 de agosto Alemania (Von Ribbentrop) y URSS (Molotov) firman un acuerdo de no agresión por un período de diez años. Se estipuló en forma secreta el reparto de Polonia.
El 1 de septiembre de 1939 Alemania invade Polonia.
El 3 de Septiembre Inglaterra y Francia declaran la guerra a Alemania.

Extraído de: 


A



Al


jueves, 17 de mayo de 2012

fascismo. documentos


Galeazzo Ciano, el arrogante favorito de Mussolini, describirá bien el ambiente de esos años con su famosa frase
5 Al pueblo hay que tenerlo formado todo el día y en uniforme de la mañana a la noche. ¡Y quiere palos, palos y palos!”
(en Osvaldo Bayer “Severino Di Giovanni: el idealista de la violencia”)


Los siguientes documentos fueron extraídos de:
http://documentossigloxx.blogspot.com/2007/06/blog-post.html

DOCUEMNTO 1: Violencia y fascismo
Se habla mucho de la actividad violenta de los fascistas. Nos reservamos el derecho de controlarla… entre tanto y mientras lo consideremos necesario, seguiremos golpeando con menor o mayor intensidad los cráneos de nueStros enemigos, es decir hasta que la verdad haya penetrado en ellos… el programa de la política exterior del fascismo comprende una sola palabra: expansionismo.
Benito Mussolini, fragmento de un discurso pronunciado en 1921.

DOCUEMNTO 2: Fascismo y Estado
Ni agrupaciones ni individuos fuera del Estado. El fascismo es opuesto al socialismo, que reduce la historia a la lucha de clases y que ignora la unidad del Estado… Por las mismas razones, el fascismo es enemigo del sindicalismo… El fascismo quiere un Estado fuerte y es el Estado el único que puede resolver las dramáticas contradicciones del capitalismo.
Benito Mussolini, fragmento de un discurso pronunciado en 1922.

DOCUEMNTO 3: Leyes de Nuremberg del 15 de septiembre de 1935
Se prohíben los matrimonios entre judíos y súbditos de sangre alemana o asimilada. 2. Se prohíben las relaciones extramatrimoniales entre judíos y súbditos de sangre alemana o asimilada. Se prohíbe que los judíos contraten a empleadas de hogar de sangre alemana o asimilada, mayores de cuarenta y cinco años.
Se prohíbe a los judíos enarbolar o engalanar con los colores alemanes nacionales. En cambio pueden hacerlo con los colores judíos; el ejercicio de este derecho está garantizado por el Estado. Las infracciones al número 1 se sancionaran con pena de reclusión. Las infracciones al número 2, con pena de prisión o reclusión.»
(E.R. Tannenbaum: La experiencia fascista. Sociedad y cultura fascistas.
Madrid, 1975.) En: Prats, Historia del Mundo Contemporáneo, Edit. Anaya, Madrid 1996. p. 87

DOCUMENTO 4: Hitler y Mussolini
Se nos ha obligado a ser espectadores y no es que el pueblo alemán lo haya aceptado, sino que al estar sin armas no podía participar en la acción…Hemos aprendido en estos años a despreciar a los demócratas del mundo. En esta época hemos encontrado solo a un estado entre las potencias europeas, y a la cabeza de este Estado a un solo hombre que haya sido comprensivo con el desastre de nuestro pueblo: es mi gran amigo Benito Mussolini.
Discurso de Hitler, 1936.







ITALIA DE MUSSOLINI
1. Doctrina del fascismo italiano

«El fascismo, como toda concepción política sólida, es acción y pensamiento (...). Es, pues, una concepción espiritualista, nacida, también ella, de la reacción operada en este siglo, contra el menguado y materialista positivismo del siglo xix; concepción antipositivista, pero positiva, no escéptica ni agnóstica, ni pesimista, ni tampoco pasivamente optimista como son, por regla general, las doctrinas (todas ellas negativas) que colocan el centro de la vida fuera del hombre, el cual con su libre voluntad puede y debe crearse su mundo. El fascismo quiere al hombre activo y entregado con todas sus energías a la acción; le quiere varonilmente consciente de las dificultades con que ha de tropezar, y dispuesto a enfrentarse con ellas; concibe la vida como una lucha, persuadido de que al hombre incumbe conquistar una vida que sea verdaderamente digna de él, creando ante todo en su persona el instrumento (físico, moral, intelectual) necesario para construirla. Y esto rige no sólo para el individuo, sino también para la nación y para la humanidad. De aquí el gran valor de la cultura en todas sus formas (arte, religión, ciencia) y la importancia grandísima de la educación. De aquí también el valor esencial del trabajo, con el cual el hombre vence a la naturaleza y plasma el mundo humano.»

(Benito Mussolini: Doctrina del fascismo, 1932.)
En: Prats, Historia del Mundo Contemporáneo, Edit. Anaya, Madrid 1996. p. 85


2. El Estado fascista

«Poco a poco los defectos desaparecen y el fascismo se presenta llamado a dirigir los destinos del pueblo italiano. Es la fuerza nueva, que señala el advenimiento de los tiempos nuevos. Llevamos esta soberbia confianza en nuestro espíritu, sentimos que regula el ritmo de nuestro coraz6n y no ignoramos que con el fascismo trabaja la juventud más sana, más bella, más ardiente de Italia (...)

Muy pronto los conceptos de fascismo de Italia se confundirán en un mismo pensamiento. Porque nuestra fórmula, creación de un régimen político nuevo, es la que sigue: "Todo en el Estado, todo por el Estado, nada fuera del Estado”. Además, aportando a la vida todo lo que sería un grave error confinar en la política, crearemos ( ) la generación nueva. Cada uno cumplirá un deber determinado. A veces me sonríe la idea de ( ) la creación de clases: una clase de guerreros presta a morir, una clase de jueces competentes y rectos, una clase de gobernadores enérgicos y autoritarios, una clase de explotadores inteligentes y atrevidos, una clase de soberbios capitanes de industria. Únicamente por esta selección metódica y sistemática se crean las grandes categorías, las cuales a su vez crean los grandes imperios.»

(Benito Mussolini: El fascismo expuesto por Mussolini. Madrid, 1934.)
En: Prats, Historia del Mundo Contemporáneo, Edit. Anaya, Madrid 1996. p. 85

3. La educación de la juventud italiana
«El centro de actividades de la GIL (Giuventó Italiana del Littorio) estaba en la asamblea obligatoria de todos los sábados por la tarde, desde las tres y media a las seis, durante el año escolar, el llamado "sabato fascista". Todos los que asistían tenían que vestir su uniforme: las chicas llevaban blusas blancas y faldas plisadas negras, mientras que el uniforme de los chicos recordaba al de los Boy Scouts, con la diferencia de que sus camisas y calcetines eran negros, y llevaban fez en la cabeza.

La sesión comenzaba pasando lista y desfilando. Luego todos los jóvenes realizaban ejercicios gimnásticos y otros ejercicios de grupo. Además, a los chicos se les daba instrucción militar. En las ciudades más grandes estas actividades se desarrollaban en terrenos próximos a los colegios, a los que asistían los chicos durante la semana, y los instructores regulares de la GIL enseñaban también educación física en el mismo colegio. La instalación de escuelas vecinales (...) tendía a mantener separadas a las clases media y baja; sólo en las comunidades más pequeñas se mezclaban con más libertad los chicos pertenecientes a las diferentes clases sociales.»
En: Prats, Historia del Mundo Contemporáneo, Edit. Anaya, Madrid 1996. p. 86



4. La guerra y la paz en la ideología fascista de Mussolini – 1932

"Ante todo, el fascismo, en lo que concierne en general al futuro y al desarrollo de la humanidad, y dejando aparte toda consideración de política actual, no cree en la posibilidad ni en la utilidad de la paz perpetua. Por esa razón rechaza el pacifismo, el cual en el fondo esconde una renuncia a la lucha y una cobardía ante el sacrificio. Únicamente la guerra lleva a su punto máximo de tensión todas las energías humanas e imprime un sello de nobleza a los pueblos que poseen la valentía de enfrentarse a ella. Las restantes experiencias son sólo sucedáneos que no colocan nunca al hombre frente a él mismo, ante la alternativa de la vida o la muerte. Es por ello que una doctrina que parta del postulado previo de la paz es ajena al fascismo. Así como son aje nos al fascismo, aunque se hayan aceptado por lo que puedan tener de útiles en ciertas situaciones políticas, todas las construcciones internacionales y societarias, las cuales, como bien ha demostrado la historia, pueden disgregarse en el viento en cuanto que ciertos elementos sentimentales, ideales o prácticos, agitan el corazón de los pueblos."
Mussolini, 1932



5. El Duce Mussolini declara la guerra a Etiopía – 1935

"¡Camisas negras de la revolución! ¡Hombres y mujeres de toda Italia! ¡Italianos, habitantes de todas las regiones del mundo, más allá de las montañas y los océanos! ¡Escuchad!

Una hora solemne en la historia de la patria está a punto de sonar. Veinte millones de italianos están en estos momentos reunidos en las plazas de Italia. Es la más grande manifestación de toda la historia del género humano. Veinte millones de italianos, pero un único corazón, una única voluntad, una sola decisión. Esta manifestación demuestra que la identidad de Italia y el fascismo es perfecta, absoluta e inalterable. Sólo cerebros reblandecidos en ilusiones pueriles o aturdidos por la profunda de las ignorancias pueden pensar lo contrario, porque ignoran lo que es la Italia fascista de 1935.

En la Sociedad de Naciones, en vez de reconocer el justo derecho de Italia, se atreven a hablar de sanciones. (...) Hasta que no se demuestre lo contrario, me niego a creer que el pueblo de Gran Bretaña, el verdadero, quiera verter su sangre y empujar a Europa por la vía de la catástrofe, por defender a un país africano, universalmente reconocido como bárbaro e indigno de figurar entre los pueblos civilizados.
Sin embargo, no podemos fingir ignorar las eventualidades del mañana. A las sanciones económicas, nosotros responderemos con nuestra disciplina, con nuestra sobriedad, con nuestro espíritu de sacrificio."
Discurso de Mussolini difundido por radio el 2 de octubre de 1935



6. Manifiesto antibolchevique

Todo bolchevique es enemigo de Italia
Es bolchevique:
Cualquiera que aspire al advenimiento de la dictadura soviético-comunista, que es la disgregadora de las nacionalidades y de las razas y la realizadora del odio de casta acumulado en el transcurso de los siglos; la forja de la mayor injusticia humana tragigrotesca; la anulación de todo ideal social; la resurrección de la, servidumbre de las inteligencias y la restauración de métodos punitivos bárbaros que prohíben la libertad, la vida y el pensamiento.
Es Bolchevique:
Cualquiera que disminuya la victoria y la grandeza de Italia mediante desconfianza irónica, la burla, el pesimismo; con las palabras, los actos, los escritos.
Cualquiera que se emplee por todos los medios para retrasar el inevitable renacimiento italiano en la industria, el comercio, las artes.
Cualquiera que sabotee las energías de resistencia de los ciudadanos.
Cualquiera que les haga padecer hambre por afán de lucro y porque goza de impunidad.
Cualquiera que, sin tener aptitudes para ello, asume la responsabilidad de ocupar altos cargos en el funcionamiento de la máquina estatal.
Cualquiera que se alegre de toda trasgresión de los derechos y de las aspiraciones de la nación.
Cualquiera que, siendo miembro de todo poder establecido, no se inspire en la libertad y no la respete en los demás.
Cualquiera que, guiado por sus intereses personales, atente, deformándolo, contra el pensamiento de los apóstoles de cada sociedad.
Cualquiera que desconozca sistemáticamente los poderes intelectuales de quienes colaboran en el rejuvenecimiento de la cultura y de las tradiciones menoscabadas.
Cualquiera que no exalte, anime y sostenga por todos los medios los descubrimientos estéticos y científicos.
Cualquiera que se alegre de su fosilización y de la de los demás en prejuicios e ideas inadaptadas a nuestra época, que arde en fiebre de alcanzar el porvenir.
Cualquiera que niegue a las masas evolucionadas la sanción de las aspiraciones polítíco-socioeconómicas adecuadas para proporcionar esa independencia de juicio y de movimiento que permitiría desarrollar su deseo de un porvenir mas digno.
Es bolchevique:
Cualquiera que renuncie a los derechos y aspiraciones de las mayorías.
Cualquiera que forme parte de pandillas y "camorras", funestas para el desarrollo de la nación.
Cualquiera que se obstine, contra los votos de desconfianza de la nación en querer manipular los poderes del Estado.
Es bolchevique:
Cualquiera que no vea en el trabajo interrumpido y en la superproducción industrial, la sola y única fuerza viva redentora de Italia.
Llevaremos a cavo una lucha sin tregua contra todos los Bolcheviques.

Fuente: París, Orígenes del Fascismo “I Nemici d’Italia. Settimanale antibolscevico” (Milán), Núm. 1, 10 de Agosto de 1919, p.1”


7. El fascismo, definido por Mussolini

La crisis económica de la posguerra, la frustración nacionalista, el temor de las clases dirigentes y la debilidad de los partidos tradicionales ante el empuje socialista, facilitaron el acceso al poder de Benito Mussolini y la implantación del fascismo en Italia (1922-1945). Al margen de los gestos y de la retórica, el fascismo fue un sistema político basado en la divinización del jefe, el partido único con eliminación de toda oposición política, un nacionalismo a ultranza y un corporativismo que, so pretexto de conciliar las clases sociales, sirvió los intereses del gran capitalismo.

“El fascismo, como toda concepción política sólida, es acción y es pensamiento; acción que tiene inmanente una doctrina, y doctrina que mientras emana de un determinado sistema de fuerzas históricas, queda incorporada en el mismo, y en él opera de dentro para fuera. Su forma es, pues, adaptable a las contingencias de lugar y de tiempo, pero tiene a la vez un ideario que le eleva a la categoría de fórmula de verdad en la historia superior del pensamiento. No hay en el mundo fuerza alguna que obre espiritualmente como voluntad humana dominadora de voluntades, sin un concepto no sólo de la realidad transeúnte y particular sobre la cual es necesario obrar, sino también de la realidad permanente y universal en la que la primera tiene su ser y su vida. Para conocer a la humanidad hay que conocer al hombre, y para conocer al hombre es necesario conocer la realidad y sus leyes. No existe concepto alguno del Estado, que a la vez no sea fundamentalmente concepto de la vida: será filosofía o intuición, será un sistema de ideas que se desarrolla en una construcción lógica o se concentra en una visión o en una fe; pero siempre es, al menos virtualmente, una concepción orgánica del mundo.

Según esto, el fascismo, en muchas de sus actitudes prácticas, como organización de partido, como sistema de educación, como disciplina, no se comprendería si no se mirase a la luz de su modo general de concebir la vida, a saber, de un modo espiritual. El mundo, en el sentir del fascismo, no es este mundo material que aparece en la superficie y en el que el hombre es un individuo separado de todos los demás y con ser propio, y es gobernado por una ley natural que instintivamente le lleva a vivir una vida de placer egoísta y momentánea. El hombre del fascismo es un individuo que encarna en sí la nación y la patria, sometido a una ley moral que ata a individuos y a generaciones, vinculándolos a una tradición y a una misión que suprime el instinto de la vida encerrada en el breve circuito del placer, para instaurar otra vida, en la esfera del deber, una vida superior, sin límites de tiempo y de espacio, una vida en la que el individuo, por medio de la propia abnegación, del sacrificio de sus intereses particulares, de la muerte misma, realiza aquella existencia totalmente espiritual en la que estriba su valía de hombre.

Es, pues, una concepción espiritualista, nacida, también ella, de la reacción operada en este siglo, contra el menguado y materialista positivismo del siglo XIX; concepción antipositivista, pero positiva; No escéptica, ni agnóstica, ni pesimista, ni tampoco pasivamente optimista, como son, por regla general, las doctrinas (todas ellas negativas) que colocan el centro de la vida fuera del hombre, el cual con su libre voluntad puede y debe crearse su mundo. El fascismo quiere al hombre activo y entregado con todas sus energías a la acción: le quiere varonilmente consciente de las dificultades con que ha de tropezar, y dispuesto a enfrentarse con ellas; concibe la vida como una lucha, persuadido de que al hombre incumbe conquistar una vida que sea verdaderamente digna de él, creando ante todo en su persona el instrumento (físico, moral, intelectual) necesario para construirla. Y esto rige no sólo para cada individuo, sino también para la nación y para la humanidad. De aquí el gran valor de la cultura en todas sus formas (arte, religión, ciencia) y la importancia grandísima de la educación. De aquí también el valor esencial del trabajo, con el cual el hombre vence a la naturaleza y plasma el mundo humano (económico, político, moral e intelectual).

BENITO MUSSOLINI. Doctrina del fascismo (1932). En: WILLIAM EBENSTEIN: Los grandes pensadores políticos. De Platón hasta hoy. Trad. de Enrique Tierno Galván (Madrid 1965), Págs. 748-749.



8. Rechazo del socialismo marxista

Os digo que nos opondremos con todas nuestras fuerzas a las tentativas de socialización, de estatificación, de colectivización. Basta ya de socialismo de Estado. Tampoco hemos de renunciar a la lucha, que quisiera llamar doctrinal, contra vuestras doctrinas, que ni son verdaderas ni, sobre todo, son fatales.

Negamos que existan dos clases, porque existen muchas más; negamos que se pueda explicar toda la historia humana por el determinismo económico.

Negamos vuestro internacionalismo, porque el internacionalismo es una mercancía de lujo sólo asequible a los ricos, mientras el pueblo está desesperadamente unido a la tierra natal.

Pero no es esto sólo. Nosotros afirmamos, basándonos en recientes e irrecusables libros socialistas, que precisamente ahora comienza la verdadera historia del capitalismo, pues este no es tan sólo, como decís, un sistema de opresión, sino también una selección de valores, una coordinación de jerarquías y un sentido más amplio de la responsabilidad personal. Hasta tal punto es esto cierto que Lenin, después de haber instituido los consejos de fábricas, los abolió y ha colocado en ellas a dictadores, después de haber nacionalizado el comercio, lo hizo volver al régimen de libertad, y -vosotros que habéis estado en Rusia lo sabéis- después de haber suprimido, incluso físicamente a los burgueses, hoy los llama de todas partes, porque sin el capitalismo, sin sus sistemas técnicos de producción, Rusia no se levantaría jamás.
Mussolini B., el Primer discurso a la Cámara, el día 2 de Junio e 1921. Recogido en el Espíritu de la Revolución Fascista, Ed. Vizcaína, Bilbao, 1940, p. 56.


9. Anti-liberalismo fascista

Hemos sepultado el viejo Estado democrático, liberal, agnóstico y paralítico, el viejo Estado que en homenaje a los inmortales principios deja que la lucha de clases se convierta en una catástrofe social. A este viejo Estado que enterramos con funerales de tercera, lo hemos sustituido por el Estado corporativo y fascista, el Estado de la sociedad nacional, el Estado que une y disciplina, que armoniza y guía los intereses de todas las clases, igualmente tuteladas. Y mientras antes, en la época del régimen demoliberal, la masa laboriosa miraba con desconfianza al Estado, y estaba fuera de él, en contra de él, considerándolo cada día y cada hora como un enemigo, hoy no existe un sólo trabajador italiano que no busque su sitio en las Corporaciones, en las Federaciones, que no quiera ser una molécula viva de ese grande, inmenso organismo que es el Estado nacional corporativo fascista.
Mussolini B., Al pueblo de Roma en el XXVIII octubre 1926. En Espíritu de la Revolución..., p 144.


HITLER: EL ESTADO RACISTA


1. El Estado racista según Hitler
2. Invocaciones de los niños en las comidas
3. Leyes de Nuremberg del 1 5 de septiembre de 1 93 5
4. El Racismo Hitleriano



1. El Estado racista según Hitler

«El Estado no es un fin en sí mismo sino un medio. El Estado condiciona el desarrollo de una civilización humana superior, pero no es la causa directa. Aquélla reside esencialmente en la existencia de una raza apta para la civilización.
Nosotros los nacional-socialistas debemos establecer una distinción bien marcada entre el Estado, que es el continente, y la raza, que es el contenido. El continente no tiene razón de ser si no es capaz de conservar y de preservar su contenido. También el fin supremo del Estado racista debe ser el asegurar la conservación de los representantes de la raza primitiva, creadora de la civilización que hace la belleza y el valor de una humanidad superior.

El Estado racista habrá cumplido su papel supremo de formador y educador cuando haya grabado en el corazón de la juventud que le ha sido confiada, el espíritu y el sentimiento de la raza. Es preciso que ni un solo muchacho o muchacha pueda dejar la escuela sin estar plenamente instruido de la pureza de la sangre (...).

Juzgamos que hasta hoy la civilización humana, todas las realizaciones del arte, de la ciencia, y la técnica, son casi exclusivamente frutos del genio creador del Ario. Lo que permite recíprocamente concluir que es el único fundador de una humanidad superior y por consiguiente representa el prototipo de lo que entendemos por la palabra "hombre" (...).

La existencia de tipos humanos inferiores ha sido siempre una condición previa esencial para la formación de civilizaciones superiores(...). El (judío), en lo que concierne a la civilizaci6n, contamina el arte y la literatura, envilece los sentimientos naturales, oscurece todos los conceptos de belleza, de dignidad.»

Hitler: Mi lucha, 1924.)
En: Prats, Historia del Mundo Contemporáneo, Edit. Anaya, Madrid 1996. p. 87


2. Invocaciones de los niños en las comidas

Antes de la comida:
«¡Fürher, mi Fürher, concedido a mí por el Señor!, ¡Protégeme y resguárdame mientras viva!
Tú has salvado a Alemania de la más profunda aflicción. Hoy te doy gracias por mi pan cotidiano.
Estate mucho tiempo junto a mí, no me desampares. ¡Fürher, mi Führer, mi fe y mi luz!. Heil, mein Fürher.»

Después de la comida:
«Gracias a ti por esta generosa comida. ¡Protector de la juventud y de los ancianos! Sé que tiene desvelos, pero no inquietudes. Estoy contigo día y noche, descansa tu cabeza en mi regazo. ¡Ten, mi Fürher, la seguridad de que eres grande!
¡Heil, mein Fürher!»
En: Prats, Historia del Mundo Contemporáneo, Edit. Anaya, Madrid 1996. p.


3. Leyes de Nuremberg del 1 5 de septiembre de 193 5

Se prohíben los matrimonios entre judíos y súbditos de sangre alemana o asimilada.
Se prohíben las relaciones extramatrimoniales entre judíos y súbditos de sangre alemana o asimilada.
Se prohíbe que los judíos contraten a empleadas de hogar de sangre alemana o asimilada, mayores de cuarenta y cinco años.
Se prohíbe a los judíos enarbolar o engalanar con los colores alemanes nacionales. En cambio pueden hacerlo con los colores judíos; el ejercicio de este derecho está garantizado por el Estado.

(E.R. Tannenbaum: La experiencia fascista. Sociedad y cultura fascistas.
Madrid, 1975.) En: Prats, Historia del Mundo Contemporáneo, Edit. Anaya, Madrid 1996. p. 87



4. El racismo Hitleriano

«La política exterior del Estado racista tiene que asegurar a la raza que abarca ese Estado los medios de subsistencia, estableciendo una relación natural, vital y sano, entre el aumento de su población y la extensión y la calidad del suelo que habita.

Sólo un territorio suficientemente amplio puede garantizar a un pueblo la libertad de su vida (...). Hacía siglos que Rusia se había mantenido gracias al núcleo germánico de sus esferas superiores, núcleo del cual se puede decir que hoy está exterminado completamente. En su lugar se ha puesto el judío; pero así como es imposible que el pueblo ruso sacuda por sí solo el yugo israelita, no es menos imposible que los judíos logren sostener, a la larga, bajo su poder, el gigantesco organismo ruso. El judío mismo no es elemento de organización, sino fermento de descomposición. El coloso del Este está maduro para el derrumbamiento. Y el fin de la dominación judaica en Rusia será al mismo tiempo el fin de Rusia como Estado. Estamos predestinados a ser testigos de una catástrofe que constituirá la prueba más formidable para la verdad de nuestra teoría racista.»

Hitler: Mi lucha, 1924.)
En: Prats, Historia del Mundo Contemporáneo, Edit. Anaya, Madrid 1996. p. 90.








Documento 98
El fascismo visto por Mussolini.
El fascismo niega que el número, por el sólo hecho de ser número, pueda dirigir
las sociedades humanas; niega que este número pueda gobernar gracias a una consulta
periódica. Afirma la desigualdad indeleble, fecunda, bienhechora de los hombres, que
no es posible nivelar gracias a un hecho mecánico y externo como el sufragio universal.
Se puede definir a los regímenes democráticos como aquellos que dan al pueblo, de
tiempo en tiempo, la ilusión de la soberanía. La soberanía efectiva reposa sobre otras
fuerzas, a veces irresponsables y secretas. La democracia es un régimen sin rey, pero
que lo reemplaza por numerosos reyes, a veces más exclusivos, más tiránicos, más
ruinosos que un rey tirano... El fascismo rechaza en la democracia la absurda mezcla
convencional de la igualdad política, el hábito de irresponsabilidad colectiva, el mito de
la felicidad y del progreso indefinido. Pero si la democracia puede comprenderse de
manera diferente, si no significa agrupar al pueblo al margen del Estado, el fascismo ha
podido ser definido por el que escribe estas líneas como una democracia organizada,
centralizada y autoritaria.
(...) Ni agrupaciones (partidos políticos, asociaciones, sindicatos), ni individuos
fuera del Estado (...). El fascismo quiere un Estado fuerte, poderosamente organizado e
incluso apoyado sobre una amplia base popular. El Estado fascista se atribuye también
el domino económico. Gracias a las instituciones corporativas, sociales, económicas,
creadas por él, el influjo del Estado penetra hasta los más lejanos tentáculos, mientras
que dentro del Estado circulan, encuadradas en sus organizaciones respectivas, todas las
fuerzas políticas, económicas e intelectuales de la nación.”.
MUSSOLINI, Benito: La Doctrina del fascismo. 1930.
Documento 99
Catálogo de frases del fascismo.
¡Cree! ¡obedece! ¡lucha!
Todo en el Estado, todo por el Estado, nada fuera del Estado.
¡Nada se ha conseguido en la historia sin sangre!
¡ Mejor vivir un día como un león que cien años como una cabra!
¡Quien tiene acero, tiene pan!
¡La guerra es para el macho como el parto para la hembra!
¡Un minuto sobre el campo de batalla es mejor que toda una vida de paz!
Documento 100
Manifiesto de intelectuales fascistas en 1925.
El fascismo es un movimiento reciente y antiguo del espíritu italiano,
íntimamente ligado a la historia de la nación italiana, no desprovisto, sin embargo, de
significación e interés para las demás naciones. Sus orígenes próximos se remontan a
1919, cuando alrededor de Benito Mussolini se reunió un puñado de hombres, de vuelta
de las trincheras y resueltos a combatir enérgicamente la política democrática y
socialista entonces dominante.
Esta política no veía en la guerra, de la que el pueblo italiano salía victorioso,
pero extenuado, más que las inmediatas consecuencias materiales, y olvidaba, cuando
no lo negaba absolutamente, su valor moral; la presentaba a los italianos desde una
óptica pobremente individualista, como una suma de sacrificios, de los que cada uno
debía ser recompensado en proporción a las pérdidas sufridas, de ahí la presuntuosa y
amenazante oposición entre los ciudadanos y el Estado, un rechazo de la autoridad de
este Estado, una disminución del prestigio del Rey y del ejército, símbolos de la Nación
superior a los individuos y a las categorías particulares de los ciudadanos. (...)
Como consecuencia, el fascismo fue en sus orígenes un movimiento político y
moral. Él comprendió y preconizó la política como el lugar de abnegación y de
sacrificio del individuo a una idea donde pueda encontrar la razón de su vida, su libertad
y todos sus derechos, idea que es la Patria en tanto que ideal que se realiza en la historia
sin agotarse jamás.
Manifiesto de los intelectuales fascistas (1925)





1919
* Benito Mussolini (1883-1945) funda los “Fascios Italianos de Combate”: movimiento de carácter nacionalista, antiliberal conformado por sindicalistas y socialistas revolucionarios (clases medias).
* Organizó grupos milicianos (“camisas negras”) como un cuerpo paramilitar encargado de reprimir a obreros urbanos.
* El partido fascista participa en las elecciones siendo derrotados por los socialistas.

AÑO
ACONTECIMIENTOS
1921
* El 7 de noviembre Mussolini fundó el Partido Nacional Fascista cuyos fundamentos fueron el combate al socialismo y al sistema liberal parlamentario.
* En las elecciones el Partido Fascista obtiene 35 escaños parlamentarios.
* Mussolini se convirtió en Duce (jefe).
* Los fascios comienzan una reacción violenta en contra de obreros y sectores marxistas.
1922

miércoles, 2 de mayo de 2012

crisis del 29


“Detrás de la apariencia de brillante prosperidad que se vivía en Estados Unidos en los años veinte, se encontraban ciertos aspectos negativos para la economía, los cuales no habían sido percibidos por el gobierno ni por la entusiasmada sociedad urbana, o bien se consideraron de escasa importancia.
La situación financiera. La crisis económica de los tiempos de guerra y la subsecuente situación de posguerra crearon ciertas condiciones desfavorables para la economía estadounidense. Al convertirse en país acreedor de una Europa en guerra que entró después en un dificultoso período de reconstrucción, Estados Unidos enfrentó el riesgo de que sus deudores no pudieran cubrir el pago de los empréstitos; además, los enormes gastos de guerra habían obligado a los gobiernos de los países beligerantes a decretar la circulación forzosa de la moneda sin que estuviera apoyada en el patrón oro, -que era la unidad común en el ámbito internacional- y sin que se respetara la paridad con la moneda estadounidense, la cual seguía manteniendo su libre poder de cambio. Cuando terminó la contienda no les fue posible volver a la normalidad ni siquiera a los países europeos que tenían reservas en oro, porque las monedas siguieron siendo débiles y sufrieron constantes devaluaciones.
Por tanto, a pesar de que la guerra fue un gran factor de desarrollo económico para Estados Unidos, las difíciles condiciones de los países capitalistas europeos crearon una ‘enfermedad monetaria’ que volvió muy frágil el sistema internacional de cambio. Además, esa fragilidad se vio agravada por la abundancia de los llamados capitales flotantes, cantidades de dinero que, ante la incertidumbre monetaria, eran depositadas por sus poseedores a corto plazo en los bancos de países considerados más seguros en aquellos momentos, como en el caso de la banca estadounidense; pero ocurría que al darse una rápida retirada de esos capitales, se ponía en serio peligro la estabilidad financiera de los países donde habían sido depositados.
A esta crisis de la moneda, y del intercambio internacional, se agregó un factor interno: la costumbre generalizada, hacia 1928, dada la confianza que brindaba la manifiesta prosperidad, de pedir dinero prestado a largo plazo para invertirlo en la compra de acciones de la bolsa de valores. Dicha práctica atrajo a bancos e instituciones comerciales que destinaron todo o gran parte de su dinero circulante a especulaciones de este tipo, sin darse cuenta del peligro que esto representaba hasta que se vieron en la necesidad –que muchos no pudieron satisfacer- de retirar su dinero de la bolsa de valores cuando ésta ya no ofrecía seguridad. En situación similar, se fueron haciendo comunes las ventas a crédito, en un desordenado afán consumista por adquirir los novedosos artículos que se ofrecían en el mercado para dar satisfacción a las necesidades creadas por las presiones sociales de estatus para las nuevas clases medias en ascenso.
La crisis agraria. La agricultura sufrió graves dificultades en casi todo el mundo a lo largo de los años veinte. Durante la guerra se redujo considerablemente la producción de trigo en Europa, con el consecuente aumento en el precio mundial del cereal. Esa coyuntura fue aprovechada por los campesinos de otros países, como Estados Unidos y Canadá, que pidieron dinero prestado para iniciar el cultivo de nuevos campos. Ahora bien, al terminar la guerra, además de que los nuevos avances tecnológicos mejoraron la productividad, la producción europea recuperó su nivel anterior en poco tiempo y esto dio como resultado que la producción de trigo excediera en gran medida la demanda, hundiendo el precio del cereal en el mercado internacional. Los terrenos recién adquiridos se desvalorizaron y los pequeños agricultores tuvieron que malvender sus campos y emigrar a las ciudades. Los mismos problemas de sobreproducción también afectaron a otros cultivos como algodón, cacao, café, azúcar, y maíz.
El sector industrial. La producción industrial, que experimentaba un gran crecimiento, presentó también aspectos negativos. Las ramas más modernas –electricidad, petróleo, automóvil o química- tenían un ritmo de producción creciente, mientras que en las más tradicionales –textiles y metalurgia- el crecimiento era moderado. En particular, la industria del algodón sufrió el impacto de los altibajos del mercado internacional, a lo que se agregó el hecho de que este producto empezaba a ser desplazado por las nuevas fibras sintéticas. Además de la rama textil, otras dos industrias fundamentales se encontraban en crisis: la ferroviaria, afectada por la competencia del automóvil y los autotransportes, y la del carbón, perjudicada por la desmedida explotación de nuevas minas.
Otro aspecto importante era la gran diferencia existente entre los precios de los productos industriales y los precios agrícolas, pues los primeros aumentaban mientras que los segundos bajaban constantemente afectando a la numerosa clase campesina, que se veía obligada a comprar más caros los artículos manufacturados sin que pudiera obtener un precio satisfactorio por sus productos. En conclusión, a finales de los años veinte la situación económica de Estados Unidos era delicada y se encontraba al borde del colapso, puesto que el aparente auge se había originado en la repentina demanda de artículos de una sociedad consumista en formación, cuya capacidad adquisitiva no estaba todavía consolidada y, por lo mismo, llevaba el riesgo de ser limitada en el caso de que los salarios no se elevaran en la misma proporción que los precios. Por otra parte, las ganancias que los grandes capitalistas acumularon en función de este mecanismo se estaban dedicando a la especulación bursátil, en lugar de utilizarse para la creación de nuevas empresas.
Comienzo de la crisis, el crack de la bolsa de valores. Desde los primeros meses del año de 1929 se había notado cierta tendencia a la baja en algunos productos importantes, como el cobre y el acero, y en ciertas actividades industriales, pero la inmensa mayoría de los economistas estadounidenses seguía mostrándose optimista ante la sorprendente prosperidad, sin percibir el peligro que representaban esos síntomas en la coyuntura general de la economía. La crisis sobrevino con el desplome de las cotizaciones originado en la bolsa de valores de Nueva Cork el 24 de octubre de 1929 – el jueves negro-, seguido por días de verdadero pánico que provocaron una caída de la bolsa que habría de continuar durante varios años. La oferta se incrementó hasta casi los trece millones de acciones, frente a una demanda prácticamente nula; en los dos días siguientes las peticiones de venta se elevaron a 9 millones 250 mil acciones el primer día y a 16 millones el segundo día, sin que pudiera evitarse la caída. El desplome de las acciones duró varios días y, entre 1929 y 1932, el monto total del capital negociado en la bolsa de valores de Nueva Cork disminuyó en 74 mil millones de dólares.
De la crisis bursátil a la crisis económica. Tras la bancarrota bursátil siguió la crisis bancaria originada por el temor de quienes, al no poder vender sus acciones, retiraban de inmediato sus depósitos de los bancos. En las ventanillas se produjo una verdadera avalancha de gente presa del pánico. Durante los primeros días los bancos se dedicaron a reembolsar los depósitos a los poseedores, hasta que la falta de dinero obligó al cierre, lo cual dio como resultado la quiebra total.
La crisis bursátil y bancaria repercutieron de inmediato en los sectores comercial e industrial. Las quiebras de empresas se multiplicaban día tras día y la catástrofe se generalizó hasta paralizar las actividades, en tanto que los precios agrícolas se derrumbaban en forma contundente. Lo más dramático de la situación consistió en la manera como habrían de ser afectadas las grandes masas de trabajadores, abatidos por el rápido aumento del desempleo. En algunos estados de la Unión Americana la mitad de la población subsistía gracias al reparto de víveres realizado por el gobierno. Como consecuencia de la crisis surgió el fenómeno de subconsumo porque, como es natural, no sólo la población desempleada, sino también los empresarios en quiebra dejaron de adquirir los artículos que no eran de rigurosa necesidad. Así, grandes cantidades de mercancías quedaron depositadas en los almacenes creados durante los días de prosperidad. Pero no se trataba únicamente de dejar de comprar, sino que tampoco podrían ser cubiertos los pagos de las compras a crédito hechas con anterioridad.
Primeros intentos de solución a la crisis. Las reacciones del presidente Hoover ante la crisis fueron mínimas, al margen de sus palabras esperanzadoras de que todo se solucionaría pronto y bien. Fiel a la política tradicional del liberalismo económico, Hoover afirmaba que la economía podía autorregularse sin intervención del gobierno. Así, ante la situación de las empresas y por el déficit en el presupuesto del gobierno, se limitó a instrumentar una política de austeridad que incluía restricción de créditos, reducción de la producción, baja de los salarios y venta de los artículos almacenados, suponiendo que de esta forma sobrevivirían los más aptos y se alcanzaría el equilibrio presupuestario del gobierno. Pero esta política produjo el efecto contrario porque, además de que sacrificaba a la clase trabajadora, no atacaba a fondo el problema –que en esos momentos era principalmente el del subconsumo- sino que colaboraba con agudizarlo.” (Delgado, G. “Historia Universal. De la era de las revoluciones al mundo globalizado”. Ed. Pearson. México, 2001. pp. 269, 270, 271)