1era.
Guerra Mundial
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Factores
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Rivalidad entre las grandes potencias por la necesidad de mercados y colonias
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Crecimiento económica de las burguesías nacionales y su lucha de intereses
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Intereses financieros norteamericanos
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Perspectiva militarista de los líderes políticos: “Mi fórmula es siempre la misma. ¿Política interior? Hacer la guerra. ¿Política exterior? Hacer la guerra. Siempre la guerra. He procurado mantener la confianza en nuestros aliados. ¿Nos abandona Rusia? Continúo haciendo la guerra. ¿Es obligada a capitular la desdichada Rumania? Continúo haciendo la guerra y la continuaré hasta el último cuarto de hora … Os aseguro que la justicia hará su obra. El gobierno hará su obra. El gobierno cumplirá con su deber. Proseguirá la guerra hasta la paz victoriosa. Y si hay aquí algunos que estén dispuestos a rechazar los créditos de guerra, ¿Qué lo digan!”. (Discurso de Clemenceau, primer ministro francés, del 8 de marzo de 1918 ante la cámara de diputados). “Si estoy en el comando cuando estalle la guerra dictaré las siguientes órdenes: ‘La esencia de la guerra es la violencia; la moderación en la guerra es una estupidez; golpead primero, golpead fuerte, golpead en todas partes” (Lord John Fisher, Primer Lord del almirantazgo, Inglaterra)
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Intensificación del nacionalismo
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Sistema de alianzas: red de alianzas entre potencias europeas (triple alianza –Alemania, Austria-Hungría, Italia; triple entente – Rusia, Reino Unido, Francia) que podía convertir cualquier conflicto en un enfrentamiento generalizado.
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Incremento del arsenal bélico
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Conflictividad en los Balcanes (marcada por los contrapuestos intereses políticos y las diferencias religiosas y culturales) y en el Norte de Africa.
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Algunos hechos:
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28/6/14: asesinato en Sarajevo del Archiduque Francisco Fernando de Austria
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1914 – agosto – Alemania invade Bélgica. Japón declara la guerra a Alemania y ocupa un enclave alemán en China.
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1915 – Repliegue ruso ante ataque austro-alemán. Alemania ocupa Polonia y Lituania, Austria ocupa Serbia. Bulgaria entra en la guerra junto a las potencias centrales. Hundimiento del transatlántico Lusitania, campaña antialemana dentro de EE.UU.
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1916 – Ofensiva alemana en Verdún. Ofensiva franco-británica sobre el Somme.
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1917 – Revolución rusa. Octubre: los bolcheviques toman el poder en Rusia, se firma un armisticio entre Rusia y Alemania. Ingreso de EE.UU. a la guerra.
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1918 – Tratado de Brest – Litovsk (Alemania-Rusia). Avance aliado en los Balcanes y en el Danubio. Ruptura del frente alemán en Europa Occidental por parte de tropas francesas y norteamericanas. Rendición de Alemania en el marco de una crisis social y política, surge la República de Weimar. Intervención de potencias vencedoras en la guerra civil en Rusia. Wilson (Pdte. de EE.UU.) propone 14 puntos que incluye una respuesta política al avance del socialismo, la creación de la Sociedad de Naciones.
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1919 – Conferencia de Paz en Paris donde las potencias vencedoras toman las decisiones (Francia, EE.UU. e Inglaterra; no estaban representados Alemania, Austria, Hungría y Rusia). Tratado de Versalles. Creación de la Sociedad de Naciones.
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Algunas características
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cambia la táctica y la estrategia de la guerra, fundamentalmente debido al avance de la tecnología: - avances en la química (gases tóxicos
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tanques, perfeccionamiento de la aviación.
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“Apenas se produjo la chispa con el asesinato del archiduque austríaco Fernando en Sarajevo el 28 de junio de 1914, el continente ardió por los cuatro costados. Durante un mes se hicieron esfuerzos para localizar el conflicto, pero, cuando Austria finalmente la guerra a Servia, los países se vieron rápidamente arrastrados uno tras otro a la refriega. En menos de una semana, Rusia había ido en ayuda de su aliada, Servia; Alemania, aliada de Austria, había declarado la guerra a Rusia y a su aliada Francia; las fronteras de los neutrales Bélgica y Luxemburgo habían sido cruzadas por tropas alemanas y Gran Bretaña, garante de ambos países, había entrado en el conflicto Italia se negó a reconocer sus obligaciones de tratado con las potencias centrales, pero posteriormente se alineó con el otro bando, cuando pareció que tendría la oportunidad de satisfacer sus ambiciones irredentistas en el Adriático.
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El conflicto, además, no se limitó a
ser europeo, ya que casi inmediatamente después de su propia
declaración de guerra a Alemania, Gran Bretaña apeló a su aliado,
el Japón, y, antes de transcurrido un mes desde la iniciación de
las hostilidades en Europa, el teatro de la guerra se extendió al
Pacífico. Antes de que la guerra terminara, las zonas de combate
incluyeron también el Mediterráneo oriental, el Golfo Pérsico, las
costas orientales y australes de Africa y la amplitud del Atlántico.
Los planes de todos los estados mayores
se habían basado en una guerra corta. Pero las nuevas armas habían
hecho la defensa demasiado fuerte para una rápida victoria y, al
cabo de unas pocas semanas, la guerra quedó estancada en un largo
empate que no fue roto en casi cuatro años. A medida que se
prolongó, se convirtió en una lucha cada vez más de pueblos y
recursos económicos y cada vez menos de ejércitos y armadas. La
guerra submarina con la que los alemanes trataron de imponerse a la
inmensa superioridad de la armada británica destruyó flotas
mercantes que transportaban alimentos y suministros industriales; el
bloqueo de los puertos alemanes privó a la economía de Alemania de
esenciales materias primas. Entretanto, las bajas que causaron los
repetidos esfuerzos por salir del estancamiento alcanzaron
dimensiones impresionantes”. (Ware, Pannikar, Romein Historia
de la Humanidad. Desarrollo cultural y científico. El siglo XX.)
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Desarrollo de la propaganda
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Inglaterra – hegemonía del mar
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Principales frentes de guerra: frente occidental (fronteras de Bélgica, Francia y Alemania), los Balcanes (Serbia, Rumania y Grecia con apoyo inglés, francés y ruso contra Austria, Hungría, Turquía y Bulgaria con el apoyo alemán), Cercano Oriente (en Siria, Arabia y Palestina se enfrentaron turcos e ingleses), frente oriental (Rusia con Alemania y Austria-Hungría), frente alpino (Austria-Italia), colonias en Africa (Alemania- Francia e Inglaterra), colonias en el Pacífico (Alemania-Japón).
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Guerra de trincheras. “Nunca los hombres habían tenido que soportar tan duras circunstancias como los combatientes de esta guerra, sobre todo a partir del momento en que los frentes se estabilizan. Inmóviles en las líneas avanzadas en invierno 1914-1915, en trincheras más o menos profundas, expuestos sin protección alguna no sólo a los bombardeos y a los golpes de mano sino también al frío y a la lluvia, mal abastecidos, devorados por los piojos, víctimas del sueño a causa de las guardias, los soldados viven hundidos en el barro: ‘los hombres que he visto regresar esta mañana eran sólo montones de barro’ escribió el general Maestre después de un ataque.” (Crouzet, M. Historia General de las Civilizaciones. El mundo contemporáneo)
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“Los tanques que al principio se tomaron en broma, resultan un arma terrible. Vienen blindados, rodando en una larga fila. Más que otras cosas, representan para nosotros el horror de la guerra. No vemos los cañones que nos hacen fuego graneado; las líneas del adversario se componen de hombres como nosotros: pero esos tanques son máquinas, sus cadenas corren sin fin, como la guerra; son el exterminio cuando ruedan, implacables, por dentro de los embudos, cuando suben y bajan sin posibilidad de detenerlos. Flota de acorazados que surgen, que vomitan humo. Bestias de acero, invulnerables, que trituran cadáveres y heridos… Nos hacemos pequeñitos ante ellos, dentro de nuestra delgada piel, ante el empuje tremendo, nuestros brazos son como canutillos de paja; nuestras granadas de mano se convierten en fósforos.
Granadas. Vaho de gases asfixiantes. Flotillas de tanques… Ser
triturados, corroídos, muertos…
Disentería. Gripe. Tifus… Ahogarse, arder, morir…
Trinchera, hospital. Fosa común… No hay otras posibilidades.”
(Remarque, E. Sin novedad en el frente)
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“Estaremos en casa para Navidad” Guillermo II en agosto de 1914
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Cavour (Italia): “Si procediera como persona como tenía que proceder como político, sería el más despreciable del mundo.”
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Moltke (General alemán): “… la guerra es uno de los medio que se vale Dios para el progreso”.
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Los Estados en guerra establecen la planificación económica abandonando algunos mecanismos liberales que habían predominado hasta ese momento.
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Economía de guerra. “La Primera Guerra Mundial alteró drásticamente la vida económica de los países beligerantes y de los neutrales. Lo repentino del conflicto y la creencia de que su duración sería breve hicieron que las potencias de ambos bloques entrasen en él sin adecuar sus economías a las nuevas condiciones.
La movilización masiva de combatientes,
la utilización de los transportes para el traslado de tropas y
material bélico y la prioridad otorgada de modo bruso a la
producción de equipo de guerra ocasionaron graves trastornos a las
economías nacionales.
A ello se unió el bloqueo aliado a las
Potencias Centrales y la guerra submarina desatada por Alemania como
respuesta. El bloqueo marítimo aliado de los puertos enemigos forzó
el establecimiento paulatino de un régimen autárquico e
intervencionista en la Europa central.
El cierre de las rutas navales y
terrestres hacia Rusia creó gravísimas dificultades al Estado
zarista y contribuyó a precipitar los acontecimientos
revolucionarios de 1917. La guerra submarina entorpeció
considerablemente el suministro de productos a las industrias
franco-británicas.
Todo ello produjo una bajada continua en
la producción industrial y agraria de los países en guerra. La
escasez de subsistencia obligó al racionamiento de productos de
primera necesidad. La prioridad concedida al esfuerzo de guerra
aconsejó un mayor control de la actividad económica por parte de
las administraciones. Los cuantiosos gastos ocasionados por el
conflicto llevaron a los contendientes a contraer enormes deudas con
terceros países.” (Gil, J. La I Guerra Mundial.
Cuadernos de historia. F. 9)
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Financiación de la guerra: préstamos de EE.UU., emisión de billetes por Bancos nacionales (provocando inflación), préstamos interiores.
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Desabastecimiento en los países en guerra.
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Economía y sociedad durante la guerra: “Por su parte, la retaguardia vive en condiciones difíciles. Se ve afectada por los bombardeos aéreos y por las consecuencias directas o indirectas del bloqueo y la guerra submarina.
La escasez de trabajadores ha obligado a acudir a los obreros
extranjeros y también a la mano de obra femenina; las mujeres
tornean los obuses en las fábricas, y trabajan los campos junto con
los viejos y los niños. Los salarios han sido aumentados de manera
desigual, según las industrias; en Inglaterra y Francia los
sindicatos colaboran con el gobierno, pero los precios suben y el
poder adquisitivo disminuye. Los gobiernos adoptan el racionamiento;
desde 1916, Alemania decreta la mezcla de la harina con un 35% de
fécula de patata para elaborar el Kriegsbrot (pan de guerra), cuya
ración semanal es de 1700 gramos, más 280 gramos de carne y 90
gramos de manteca; la leche se reserva para determinadas categorías
de consumidores, y se ponen a la venta sucedáneos del aceite y de la
miel; en 1918, después de las pésimas cosechas de 1916 y 1917, la
ración diaria pasa de 220 gramos de harina a 116, a 18 gramos de
carne y a 7 de manteca. La insuficiencia de grasas y el consumo de
alimentos poco nutritivos, la falta de jabón y de antisépticos
favorecen las epidemias; de este modo, al lado de una natalidad
reducida en un 40 %, la mortalidad de la población civil se eleva en
un 14% en 1916, y en un 37% en 1918.” (Crouzet, M. ob. Cit)
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Tratados:
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Tratado de Versalles (28/6/19): Regula la paz con Alemania. Francia recupera Alsacia y Lorena, se reconstruye Polonia, Alemania pierde territorio con Bélgica, Dinamarca; las colonias alemanas quedan sujetas a la Sociedad de Naciones; reducción del ejército alemán, de su material de guerra y se suprime el servicio militar obligatorio en este país; los aliados ocupan el Rhin; Alemania debe pagar indemnizaciones por la destrucción material; los gobernantes alemanes quedan sujetos a tribunales.
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Tratado de Saint Germain (10/9/19): reducción territorial de Austria.
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Tratado de Neully (27/11/19): reducción de Bulgaria.
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Tratado de Trianón (4/6/20): reducción de Hungría.
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Tratado de Sèvres (10/8/20): reducción de Turquía.
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Consecuencias.
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”En febrero de 1916, en Verdún, en el espacio de 12 horas cayeron un millón y medio de balas de cañón: alteraron la topografía del terreno, hasta arrasar colinas y rellenar valles. La cantidad de bajas fue en proporción: en los ataques y contra ataques para tomar y defender Verdún pereció medio millón de combatientes por cada lado.”
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Los tratados de Paz fueron una imposición de los vencedores imponiendo la concepción de naciones buenas (los vencedores) y naciones malas (derrotados)
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Nuevo reparto territorial: se crea Yugoslavia (favoreciendo a Serbia), reducción territorial de Austria y de Alemania, surgen Finlandia, Estonia, Lituania, Letonia y Polonia tomando en cuenta las nacionalidades en Europa oriental.
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8700000 de muertos, 7500000 europeos.
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Merma de nacimientos.
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Destrucción material: tierras, vías férreas, viviendas, minas, puentes.
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Desocupación y hambre.
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Agitación social, levantamientos populares en varios países afectados.
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Por la reconversión de la industria hacia la guerra: descuido de otras industrias, déficit presupuestal, incremento de la deuda pública.
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Crisis financiera.
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Devaluaciones.
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“La guerra de 1914-1918 fue un conflicto en el que la economía desempeñó un papel determinante. Las principales potencias industriales y financieras del mundo se enfrentan en ella; con sus compras dieron salida a la producción de todos los países neutrales abiertos al comercio, acentuando así el aspecto mundial de la conflagración. La victoria sonrió, a fin de cuentas, a los que pudieron alimentar y armar a un mayor número de hombres, y los desquiciamientos subsiguientes fueron tanto políticos como económicos. Surgieron de repente formas particulares de funcionamiento de los engranajes económicos, esto es, una ‘economía de guerra’. La industria privada fue reemplazada por la dirección gubernamental de la actividad económica y el estado favoreció el endosamiento de los gastos de guerra. ¿cuáles fueron las consecuencias económicas de esta guerra? La más conocida fue el debilitamiento de la producción y de los intercambios de Europa en beneficio de los Estados Unidos. Más globalmente hay que preguntarse si la guerra únicamente retrasó algunos años el crecimiento económico del mundo o si además provocó los graves desequilibrios que volverían a surgir en la década de los treinta.” (Morsel, H. Guerra económica y economía de guerra en Leon, P. Historia económica y social del mundo. Guerras y crisis 1914-1947.)
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Ascenso de EE.UU. y Japón.
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Creación de la Sociedad de Naciones.
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La perspectiva de Fontana
Fontana, J. (2017) El
siglo de la revolución. Una Historia del mundo desde 1914.
Barcelona: Ed. Planeta.
Cap.
1 LA GRAN GUERRA (1914-1918)
"La
paz que reinaba en Europa a comienzos de 1914 estaba cargada de
amenazas que derivaban de una compleja dinámica de tensiones y
enfrentamientos entre las grandes potencias: pugna en los Balcanes
entre Austria-Hungría y Rusia por apoderarse de los territorios
europeos del Imperio otomano (en la que también participaban, por su
propia cuenta, Serbia, Bulgaria, Rumania y Grecia); enfrentamiento en
África entre Alemania, Francia y Gran Bretaña por el dominio de las
colonias (Alemania había llegado tarde al reparto del mundo: en 1900
los británicos tenían 367 millones de súbditos coloniales y los
franceses 50 millones, mientras que los alemanes apenas llegaban a
12, menos que los holandeses o los belgas); deseo de revancha de
Francia, a la que la derrota ante Prusia en 1870-1871 le había
dejado una herida permanente...
En
todas partes, además, los gobiernos veían con temor el desarrollo
del movimiento obrero y el ascenso de los partidos socialdemócratas
que los representaban en los parlamentos. Alarmado ante la revolución
rusa de 1905, el emperador alemán -el Káiser, como se le llamaba-
había escrito a Bernhard von Bülow, que era entonces su canciller,
o sea, su jefe de gobierno: 'Antes que nada hay que acabar con los
socialistas, decapitarlos e impedir que puedan perjudicar, aunque sea
por medio de matanzas. Y después hacer una guerra exterior. Pero no
antes y no enseguida'.
Que
hubiese de acabar habiendo una guerra parecía seguro. En espera de
que estallara las potencias europeas se habían agrupado en dos
grandes bloques defensivos: la Triple Alianza (Austri-Hungría,
Alemania e Italia) y la Triple Entente (Francia, Rusia y Gran
Bretaña), y todas se preparaban para un futuro enfrentamiento en una
fecha imprevisible." (15)
"Las
dimensiones de los ejércitos, que llegaron a movilizar en total a 74
millones de hombres, daban lugar a nuevas exigencias de
aprovisionamiento y logística: la necesidad de transportar, alojar,
alimentar y armar a millones de combatientes, que no podían
mantenerse sobre el terreno como los ejércitos del pasado, obligó a
un enorme esfuerzo colectivo, en especial en el terreno de la
producción industrial, que había de responder a la demanda de un
número cada vez mayor de armas y proyectiles para el desarrollo de
operaciones militares de una gigantesca envergadura.
La
tecnología y la organización del aprovisionamiento estuvieron a la
altura de las necesidades, no así la competencia de los militares.
Cuando comenzó el conflicto hacía un siglo que no había habido
ninguna gran guerra global en Europa. Los militares se había
acostumbrado entre tanto a las fáciles victorias en las guerras
coloniales que condujeron a la conquista del mundo por los imperios
europeos, gracias a la superioridad que les proporcionaban las nuevas
armas -una sola ametralladora igualaba la capacidad de fuego de
cuarenta a ochenta hombres con fusiles-, que resultaban de una brutal
eficacia contra ejércitos indígenas equipados con armas primitivas.
Los militares europeos no estaban preparados, en cambio, para
enfrentarse a un enemigo que dispusiera de estas armas modernas, a
las que en el curso del conflicto se añadieron todavía los aviones,
los tanques y los gases tóxicos." (20, 21)
"...
el peor de los rasgos de esta
guerra, que los soldados no tardarían en descubrir, fue el desprecio
por las vidas humanas por parte de unos jefes a quienes no
importabamandar a sus hombres a la muerte para conseguir los éxitos
personales que esperaban obtener de una victoria. El primer ministro
británico, Lloyd George, le dijo en diciembre de 1917 a C. P. Scott,
un periodista del Manchester Guardian:
'Si la gente supiese (la verdad), la guerra se detendría mañana
mismo. Pero, por supuesto, ni la saben ni deben saberla". (22)
1915
– frente occidental inmovilizado
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entente convence a Italia de ingresar de su lado a la guerra (con la
promesa de territorios de Dalmacia y Eslovenia). El ingreso de Italia
sólo sirvió para distraer ejércitos austríacos que hubieran
combatido con los rusos.
"El
año en que comenzó a cambiar el curso de la guerra fue 1916. El
aumento del reclutamiento por parte de británicos y rusos, y la
entrada de Italia al lado de la Entente desequilibraron las fuerzas
armadas de los dos bandos, con 356 divisiones de la Entente contra
289 de los imperios centrales. Habían aumentado también el volumen
de la producción de armas y municiones por parte de franceses y
rusos, a lo que se agregaban las grandes cantidades de armamento que
la industria de Estados Unidos proporcionaba a Gran Bretaña y
Francia." (27)
"Haig
tuvo la desvergüenza de decir que la batalla del Somme había sido
un éxito, porque había desgastado al enemigo. A. J. P. Taylor
opina, en cambio, que fue un rotundo fracaso y, sobre todo, un
desengaño: 'El idealismo murió en el Somme. No hubo ya más
voluntarios llenos de entusiasmo. Habían perdido la fe en su causa,
en sus jefes, en todo excepto en la lealtad hacia sus camaradas de
combate'. Uno de los supervivientes afirmaba: 'Los generales que
ordenaron, planearon y dirigieron este criminal asesinato en masa
fueron ascendidos, condecorados y más adelante ennoblecidos, en
lugar de ser llevados a un tribunal y severamente castigados, en
unión de los políticos que les habían incitado'. En 1976 un
oficial que había vivido la batalla concluía tajantemente: 'El
Somme no fue más que una matanza'." (32)
"Eran
momentos en que el cansancio de la guerra se dejaba sentir entre los
combatientes. Los motines de soldados franceses, ingleses e italianos
se multiplicaron en el transcurso de 1917, y una de sus consecuencias
fueron los fusilamientos de los amotinados: 600 franceses, 330
ingleses y 750 italianos, limitándonos a los que fueron juzgados
previamente, sin contar los ejecutados sobre el terreno. Un cansancio
que se reflejaba también en la población civil: en abril de 1917
trescientos mil obreros alemanes se declaraban en huelga, protestando
por la reducción de la ración de pan.
Este
rechazo a la guerra se había manifestado con anterioridad en la
política alemana en una disidencia entre los socialistas: en marzo
de 1916 un total de 19 diputados del SPD, con Hugo Hasse a su frente,
se negaron a votar los nuevos créditos para la guerra, fueron
expulsados del partido y fundaron el USPD (Unabhängige
Sozialdemokratische Partei Deutschlands o Partidos Socialdemócrata
Independiente de Alemania).
La
suerte del conflicto pareció que podía cambiar a favor de Alemania
a fines de 1917, con el hundimiento del frente ruso y el triunfo de
la revolución bolchevique -un acontecimiento al que hay que prestar
atención por separado- que condujeron a la firma de un armisticio,
en diciembre de 1917, y al tratado de paz de Brest-Litovsk en marzo
de 1918 (un tratado tan abusivo, que el SPD se abstuvo de votar su
aprobación en el Reichstag). El 7 de mayo se firmó, además, el
tratado de Bucarest, que certificaba la derrota de Rumania."
(34)
"La
contribución más importante de la flota británica al conflicto no
se manifestó en el combate, sino en la protección ofrecida a su
marina mercante (que representaba cerca del 40% del tonelaje mundial)
para asegurar el transporte de hombres y suministros desde América,
la India o Australia, a la vez que les permitía establecer un
bloqueo para impedir el aprovisionamiento del enemigo, no sólo en
armamento, sino también en alimientos y fertilizantes, lo que hoy
sabemos que causó serios problemas de desnutrición a los alemanes,
y en especial a sus niños." (36)
"En
enero de 1917 Wilson formulaba ante el senado una propuesta para
terminar la guerra con una 'paz sin victoria', a la que los alemanes
respondieron con la proclamación de la guerra submarina sin
restricciones, que iba a afectar de pleno a las embarcaciones
norteamericanas y que condujo a que el 3 de febrero el Congreso de
Estados Unos aprobase la ruptura de las relaciones diplomáticas con
Alemania.
Wilson
no hubiera ido más allá, sin embargo, sin la provocación que
significó elo llamado 'telegrama Zimmermann', del nombre del
ministro de Asuntos exteriores alemán que el 16 de enero de 1917
envió instrucciones al embajador alemán en México para que
entregara al gobierno mexicano una nota en que decía: 'Pensamos
iniciar la guerra submarina sin restricciones el 1 de febrero.
Trataremos, con todo, de mantener neutral a Estados Unidos. En caso
de que esto no se consiga hacemos a México el ofrecimiento de una
alianza sobre las siguientes bases: hacer la guerra juntos, hacer la
paz juntos, generosa ayuda financiera y apoyo por nuestra parte para
que México recupere los territorios perdidos en Texas, Nuevo México
y Arizona'.
Los
británicos, que interceptaron en México el mensaje, lo dieron a
conocer al público. A la indignación que provocó el telegrama
contribuyó el hecho de que había sido enviado al embajador alemán
en Washington por el cable submarino transatlántico norteamericano,
desde la terminal de la embajada de Estados Unidos en Berlín, por la
que los norteamericanos permitían que los alemanes enviasen textos
codificados, bajo palabra de honor de que sólo se transmitirían
mensajes relativos a las negociaciones de paz.
La
propuesta era tan absurda que Zimmermann pudo haber evitado el
desastre desmintiendo su autenticidad; pero cometió la estupidez de
reconocerlo y la indignación que produjo lo que la prensa
norteamericana interpretó como un plan para una invasión prusiana
de América contribuyó a facilitar la entrada de Estados Unidos en
la guerra. Wilson se presentó el 2 de abril de 1917 ante una sesión
conjunta del Congreso pidiendo que aprobaran 'una guerra para
terminar todas las guerras': el 6 de abril se aprobó la declaración
de guerra a Alemania y el 7 de diciembre a Austria-Hungría."
(37)
"Lo
que hizo de la Gran guerra un conflicto mundial fue el hecho de que
en ella no se enfrentasen naciones, sino imperios." (38)
"...
la aportación que hicieron a la guerra las colonias y los
territorios dependientes fue mucho mayor, puesto que las metrópolis
imperiales, además de consumir sus recursos, se llevaron a sus
súbditos a pelear y morir en tierras extrañas por causas que les
eran ajenas. Francia, por ejemplo, utilizó unos quinientos mil
soldados coloniales en el frente del oeste, y otros doscientos mil
fueron llevados a las industrias de guerra, en condiciones próximas
a las del trabajo forzado. Los franceses reclutaron no sólo
africanos, sino también malgaches, vietnamitas, canacos y
tahitianos, hasta que la evidencia de la forma inhumana en que eran
sacrificados suscitó revueltas en todas las colonias.
La
amplitud de su imperio favorció, en el caso de Gran Bretaña, el
volumen y la diversidad de su reclutamiento colonial. Mientras los
movilizados en África, que incluían cien mil hombres aportados por
Sudáfrica, se destinaron a la lucha en el propio continente, la
aportación de la India fue impresionante: 130000 soldados hindúes
lucharon en Occidente y unos 750000 en el Oriente próximo. Muy
importante fue también la contribución de los 'dominios', que
incluían tropas 'nativas', como los maoríes neozelandeses: Canadá
envió 500000 hombres a Europa y al Oriente próximo, Irlanda 200000,
Australia más de 300000, Nueva Zelanda 100000.... Alrededor de
250000 de estos perdieron la vida en combates en que las bajas
pasaban del 50%."(39)
"El genocidio
armenio
Mientras
se desarrollaba la campaña de Gallipoli, los turcos, que temían que
la numerosa población armenia del imperio, de religión cristiana y
con aspiraciiones nacionalistas, se
comportase como un enemigo interno, comenzaron retirando las armas a
los armenios enrolados en el ejército, a los que se destinó a
batallones de trabajo. En abril de 1915 se dieron en la zona de Van
(cerca de la frontera de Irán) órdenes de 'exterminar a todos los
armenios de doce años para arriba'; lo que explica que cuando los
rusos ocuparon la provincia encontrasen unos 55000 cadáveres, la
mitad de la población armenia de la zona. Pocos
días después comenzaba la detención en Estambul de varios
centenares de notables armenios y se ordenaba al ejército destruir
todas las organizaciones armenias, con el fin de privarles de sus
dirigentes naturales. Comenzaron a partir de entonces las
deportaciones en masa hacia zonas desérticas, acompañadas de
asaltos y asesinatos.
Con
el pretexto de unas revueltas armenias que nunca existieron se
ordenó, a fines de mayo de 1915, deportar y dispersar las
poblaciones armenias del este hacia territorios del sur. Pero
si las disposiciones publicadas hablaban de deportación, las
instrucciones secretas ordenaban el exterminio. Se sacó de la cárcel
a asesinos convictos y se los movilizó en bandas constituídas para
actuar como 'carniceros'. Armenios, asirios y cristianos fueron
asesinados en episodios de una extrema brutalidad. De
mayo a noviembre de 1915 casi todos los armenios del este de Anatolia
habían sido expulsados de sus hogares: los hombres eran asesinados,
y las mujeres y los niños marchaban en caravanas hacia el desierto
sirio, a pie o transportados en vagones de ganado, en una marcha
imparable hacia el sur, cuyo objetivo era el exterminio gradual de
sus miembros entre asesinatos en masa, violaciones, secuestro de
niños y conversiones forzadas. En
la primavera y el verano de 1916, escribe Ronald Grigor Suny, 'se
produjo una orgía de asesinatos: decenas o tal vez centenares de
miles de los armenios deportados fueron exterminados a lo largo del
Éufrates y en Deir al Zor', mientraslos supervivientes eran
empujados más allá. Según
el cónsul norteamericano, de los 300000 armenios que habían llegado
a Deir al Zor, en septiembre de 1916 quedaban tan sólo unos 12000,
que fueron finalmente masacrados.
No
hubo en general resistencia, salvo casos aislados como el de los 4200
armenios que se refugiaron en el Musa Dag, la montaña de Moisés, y
resistieron al ejército turco hasta que los rescató la Armada
francesa en septiembre de 1915. Los
cálculos más documentados estiman que entre 1915 y 1918, en el
transcurso de la guerra, murieron en el Imperio otomano más de
600000 armenios (a lo que habría que agregar los que murieron en las
operaciones que se produjeron después de terminada la guerra)."
(42, 43)
"El
Final de la Gran Guerra
Aunque
se hubiese extendido a escala mundial, la guerra, que se había
iniciado en Europa, iba también a concluir aquí, de modo que
conviene volver a este escenario para entender cómo y por qué
acabó. Un final que no se decidió en los campos de batalla, sino
que fue consecuencia de la crisis interna que el cansancio de la
guerra estaba produciendo en las sociedades de Alemania y de Austria,
agravada por el ejemplo ofrecido por la revolución rusa." (45)
"La
situación interior se agravaba también por momentos, con la
agitación de una población que deseaba el fin de la guerra a
cualquier precio, sin que bastaran a contenerla los socialdemócratas,
que recomendaban a los 'obreros con conciencia de clase' que no
hicieran huelgas ni manifestaciones contra el gobierno, puesto que no
querían optar por una vía revolucionaria como la de los
bolcheviques rusos. Rathenau, dirigente de la gran empresa industrial
A. E. G., consideraba que el país estaba siguiendo un camino
parecido al de Rusia. En Berlín se estaban produciendo ya
manifestaciones en favor de la paz que se dirigían a la embajada
soviética para expresar su solidaridad, a costa de una dura
represión por parte de la policía, y Karl Liebknecht, el jefe
socialista radical ('espartaquista') liberado de la cárcel, fue
recibido como un héroe y llevado en hombros por soldados
condecorados con la Cruz de Hierro." (50)
"El
11 de noviembre, poco después de las cinco de la mañana, se firmó
el armisticio en un vagón de ferrocarril en el bosque de Comiègne,
a unos noventa kilómetros al norte de París. Una
delegación alemana, presidida por el ministro de Estado Matthias
Erzberger, en representación de Ebert, e integrada además por un
representante del ministerio de Asuntos exteriores, un militar y un
marino, firmaron el documento que les presentaron el general Foch,
jefe supremo de las tropas aliadas, y el almirante británico sir
Rosslyn Wemyss. Era de hecho una rendición incondicional. No se
había cumplido la promesa de Wilson de que habría 'negociaciones de
paz', sino que todo se redujo a una serie de imposiciones que los
derrotados estaban obligados a aceptar. En un momento dado la
discusión en el vagón de ferrocarril de Compiègne versó sobre el
número de ametralladoras que los alemanes debían entregar. Se les
pidieron treinta mil, pero la delegación alemana protestó que, si
entregaban tantas, 'no les quedarían suficientes para disparar sobre
el pueblo alemán, si ello llegaba a ser necesario'. Foch les
concedió que se quedasen cinco mil más para esta eventualidad."
(52)
"La
Primera guerra mundial fue un conflicto brutal, 'una hecatombe sin
precedentes, con pérdidas en una escala monstruosa', en palabras de
Antoine Prost, en que murieron diez millones de soldados de un total
de cerca de setenta y cuatro millones movilizados.1
Las muertes de civiles se estiman en unos siete millones: un millón
como consecuencia de acciones militares directas, y cerca de seis
millones por el hambre y las enfermedades causadas por la guerra.
Otros elevan esta cifra a diez millones, incluyendo un millón y
medio de víctimas del exterminio de los armenios. La mayor parte de
las muertes de civiles por acción de guerra se refieren a las
'atrocidades' que cometieron los soldados de todos los ejércitos en
todos los frentes, justificadas habitualmente como una respuesta a
los ataques recibidos por parte de la población civil. Como diría
Harry Patch, el último superviviente británico de la lucha en las
trincheras, que falleció en 2009, la Primera guerra mundial 'no fue
más que un asesinato en masa legalizado". (52, 53)
"LOS
TRATADOS DE PAZ
Los
tratados que pusieron fin a la guerra no fueron negociaciones de paz,
sino imposiciones de los vencedores. En las conversaciones celebradas
en París a partir de enero de 1919 se estableció un 'consejo de los
cinco' integrado por las potencias vencedoras, cuya primera misión,
a instancias de Wilson, fue establecer el convenio para la creación
de una sociedad de Naciones. Armados con el disfraz de liberalismo
que esto les proporcionaba, los vencedores se dispusieron a rehacer
el mapa de Europa y a repartirse las colonias de los vencidos,
imponiendo sus decisiones a los derrotados, a quienes se obligó a
firmar los tratados de paz sin ninguna opción de discutirlos.
Japón
obtuvo la transferencia de los derechos de Alemania en China y de una
parte de las islas que ésta ocupaba en el Pacífico (otras fueron
para Australia y Nueva Zelanda), y se desentendió del resto. Italia,
tratada como un actor secundario, participó en las negociaciones
mientras esperaba conseguir sus demandas territoriales, pero se
desinteresó del tema a partir del momento en que vio que no iba a
recibir lo que se le había prometido inicialmente. Fueron, por
tanto, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña quienes se dedicaron a
establecer un nuevo mapa del mundo, comenzando por rehacer por
completo el de Europa.
Los
tratados se firmaron todos en 'chateaux' franceses de los alrededores
de París, que les dieron su nombre. El tratado con Alemania se firmó
en Versalles el 25 de junio de 1919. Después
siguieron,
entre septiembre de 1919 y agosto de 1920, los de
Saint-Germain-en-Laye con Austria, de Neuilly con Bulgaria, de
Trianon con Hungría y de Sèvres con Turquía.
Alemania,
privada de sus colonias y de su flota, y con grandes limitaciones a
su capacidad militar -su desarme era la principal, y legítima,
preocupación de los franceses-, quedaba reducida a una potencia
continental europea, pero no experimentó grandes pérdidas
territoriales.
Contra
lo que quiere el tópico, el tratado de Versalles no castigó
duramente a Alemania. No tiene comparación con las exigencias que
los alemanes impusieron a Francia tras su derrota en 1871, ni con las
que sufrieron los países ocupados por ellos durante la Segunda
guerra mundial. Se quería frenar su prepotencia sin debilitarla en
exceso puesto que se esperaba que sirviese de barrera a la amenaza
del comunismo soviético. Pero los alemanes, que nunca acabaron de
aceptar que habían perdido la guerra, no estaban dispuestos a asumir
las consecuencias, y se sentían especialmente agraviados por el
artículo 231 del tratado de Versalles, que les declaraba
responsables 'de haber causado las pérdidas y daños a que los
aliados y gobiernos asociados y sus nacionales se han visto sujetos
como consecuencia de la guerra que les fue impuesta por la agresión
de Alemania y de sus aliados'. Lo cual, por otra parte, era cierto.
Las
pèrdidas territoriales mayores las sufrieron Austria, Hungría y
Bulgaria, como consecuencia de una remodelación del mapa de la
Europa oriental que estaba destinada a crear un cinturón de estados
fuertemente armados -Polonia, Checoslovaquia y Rumania- que habían
de constituir la primera barrera contra la amenaza soviética.
Austria
quedó reducida a un pequeño país de 6,5 millones de habitantes
(contra los 51,39 millones que tenía el imperio), la tercera parte
de los cuales residía en la ciudad de Viena, y se encontró privada
tanto de sus viejas fuentes de alimentos y materias primas, como de
los mercados para una industria que colocaba tradicionalmente sus
productos en los territorios del imperio.
El caso
de Hungría fue peor. El tratado de Trianon le arrebató nada menos
que dos tercios de su territorio y tres cuartas partes de su
población para contentar a los aliados de los vencedores (checos,
rumanos y serbios). Tan sólo Rumania recibió 103000 km2 de
territoriio húngaro, mientras que la propia Hungría quedaba
reducida a 93000 km2.
El
tercero de los grandes perjudicados fue Bulgaria, que perdió la
mayor parte de Macedonia en beneficio de Serbia, y Dobruja,
incorporada a Rumania, a la vez que se veía privada de su salida al
Mediterráneo por Tracia, que se cedió a Grecia, lo que la dejó
aislada en el mar Negro." (53-55)
1Las
pérdidas se reparten así: 5648300 la Triple Entente (Rusia,
1997500; Francia y sus colonias, 1400000; el Imperio británico,
959000; Italia, 600000 y Estados Unidos 87000), por 4353500 los
imperios centrales (el Imperio alemán, 2037000; Austria, 1457000;
el Imperio otomano, 772000).